Por: Giovanni Cegarra
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Hay ciertos aficionados taurinos que se las traen en este mundo y se creen con derecho a decirle a un empresario que torero y que encierro debe contratar, como si ellos fuesen los que ponen la inversión y hasta se atreven a introducir lo político en las decisiones que han de ser tomadas para montar una Feria Taurina y su inconformidad es dañiña para la Fiesta Brava.
Estos inconformes taurinos llegan al extremo de conspirar para que las cosas le salgan mal a la empresa, dejan rodar comentarios malsanos e inapropiados para que se caiga la organización taurina en sus ciudades donde existe una Plaza de Toros, en una actitud poco digna de quienes se dicen son amantes de la Fiesta Brava y se catalogan como taurinos de gran solera.
Lo peor de su inconformidad es cuando buscan el apoyo de lo político, de la política sucia, esa misma que hace daño en todo el mundo y que destruye al más pintado por unas cuántas monedas, tal cual Judas.
Los inconformes y sus aliados políticos no tienen vida ni cabida en lo taurino y no podemos permitir que hagan de las suyas con sus intereses desleales hacia el mundo del toro.
Indiscutiblemente que la Fiesta Brava hay que salvarla de estos inconformes taurinos, rescatarla de este flagelo que la rodea haciéndole daño y que en Venezuela andan en contra de lo taurino como el zancudo patas blancas que infecta propagando enfermedad y muerte en algunos casos.
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