domingo, 4 de abril de 2010

UNA PASIÓN Y SU CALVARIO



¿Cómo se puede sentir pasión por esto? Este es el calvario permanente, no la ILP

www.opinionytoros.com
Por: Antolin Castro
No crean que nos vamos a referir a la recién terminada Semana Santa. Es evidente que en ella se vive la pasión de Cristo y su final en el Calvario, pero hablaremos de otra pasión y de otro calvario.

Desde hace muchos años, siglos para mejor decir y ajustar, existe una fiesta llamada brava o de los toros, nacida en España y extendida por varios países americanos, además de Portugal. Un poco más tarde un país muy civilizado, digo esto con toda intención, Francia, asume también la fiesta como algo suyo y lo extiende por sus provincias del sur.

En concreto, en ocho países se celebra de forma regular si bien en otros han querido al menos sentirlo de cerca alguna vez. En los ocho países citados ha habido en estos cientos de años miles de aficionados que han hecho de la fiesta su pasión… en general por los toros, si bien es reconocible que también por los toreros. Una cosa y otra han hecho posible que muchos sintieran esa pasión y la defendieran a capa y espada.

Pero habremos de reconocer que esa pasión se ha ido desinflando en los tiempos modernos, quizá seducidos por la oferta enorme de atractivos que otras cosas ofrecen. No es casualidad, o quizá sí, que cuando no existía la televisión, ni internet, ni las noticias podían consumirse a diario, menos las imágenes, la pasión desbordara a tantos y tantos aficionados. Hoy se censura a un torero llamado José Tomás por no dejar que la televisión sea el vehículo transmisor de sus actuaciones. Curiosamente es el que más pasión lleva allá por donde torea. Convengamos, entonces, que la tele no hace al monje; más al contrario, lo deshace.

Seguramente en aquellos tiempos pasados, de haber existido la televisión, hubiera dado la oportunidad de ver los héroes que eran los toreros ante toros fieros o, quizá también, de ofrecer la parte oscura que se esconde tras de los ídolos. Eso ya no lo vamos a saber, pero sí sabemos que hoy lo que se puede ver no son precisamente heroicidades de los toreros y tampoco vemos toros fieros y, lo que es peor, que se informe puntual y fidedignamente de lo que se está viendo.

En resumen, la pasión de los aficionados que quedan actualmente se disminuye por lo que ven y asisten al personal calvario de que les cuenten, casualmente, lo que no están viendo. Un calvario que se hace doloroso, muy doloroso. Se puede decir que es una pasión que sufre un calvario permanente: por lo que se ve y además ha de sufrir la corona de espinas que le ponen encima. Calcado de la pasión de Cristo, además de injusta, retorcida hasta llevarle a la muerte en la cruz.

Eso, un calvario, sufre el aficionado viendo lo que hoy, por regla general, se le ofrece en las plazas. Por si fuera poco, los que viven de la fiesta, le colocan una corona de espinas haciéndole ver lo que no se ve. Todo un ejercicio de cinismo parecido a la mismísima Pasión con mayúsculas.

Claro que en aquella hubo resurrección; en esta pasión por la fiesta de los toros, como muera, -obsérvese que no he dicho prohíban- no habrá resurrección posible. O lo que es igual, no quedará resquicio alguno a la esperanza.

Los toros son la pasión de muchos aficionados en muchos países taurinos y en otros que no lo son, pero no es justo hacerles sufrir un calvario por ello. Pesada cruz la que llevan encima. O se les irá la pasión de aficionados ante lo artificial y adulterado que se les ofrece o morirán con ella cuando le llegue a la fiesta, tras el calvario sufrido, el último suspiro.

P.D. Una muestra del calvario se dio ayer en Jaén donde dos encopetados figuras, Ponce y Cayetano, se llevaron, de sus ganaderías preferidas, sus dos toritos bajo el brazo cada uno para hacer como que hacían y dar la alternativa a Venegas. Una nueva modalidad que querrán imponer muy pronto los que quieren salvar… su fiesta (en la corrida de la Prensa en Madrid ya es así también). Rechazadas todas las reses se suspendió el festejo. Ese es el calvario que sufre el aficionado en su pasión por los toros y la forma más rápida para llevar la fiesta a su muerte. También lleva a ese final los animalillos que mató Juli en México y que solo OyT les enseña. Ni ILP ni leches. Quienes se lo llevan crudo serán los que se llevarán la fiesta por delante.

No hay comentarios:

Publicar un comentario