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Nunca estuvo en la guerra de las cifras, del torear por torear y superar los míticos números de Manuel Benítez “El Cordobés”. Desde su reaparición en 2007 ninguna temporada ha superado las 25 tardes. Esta temporada no iba a ser la excepción en la temporada española.
El 6 de marzo hizo su primer paseíllo en Olivenza, una feria menor pero clásica en el calendario. El 11 de marzo, más en serio, toreó en Castellón. En un gesto de cariño a la afición riojana accedió a inaugurar la plaza de Calahorra. El domingo de Resurrección triunfó en Málaga, una de sus plazas talismán.
El 8 de mayo tendría que torear en Jerez. Y el 23 de mayo se esperaba con interés su actuación en Bilbao, una plaza en la que lleva casi una década sin torear. Sin pisar Sevilla pero sí Madrid, el diestro de Galapagar seguía su guión .
Se suceden las especulaciones sobre su reaparición y cuidados iniciales. Xavier González Fischer ha puesto la necesaria dosis de sentido común .
Fechas al margen, los toros necesitan de este torero. ¿Se nos han olvidado ya las temporadas en que el "star system" nos quería hacer creer que Perera, Castella y Tejela eran dignos sustitutos de José Tomás? A mí no.
¿A nadie le parece como para tirarse de un puente que en un mano a mano entre Perera y Luque no pase nada en Sevilla? Que no es un pueblo, señores, que es Sevilla. No sólo hay falta de ambición entre los que dicen mandar en el escalafón, también hay una falta de ideas entre los empresarios que termina por ahogar la fiesta. Sólo El Juli ha dado un paso al frente. Se queda sólo con el estandarte. El Juli es un torero más poderoso, más artesano que artista, pero con intuición para conocer al toro y someterlo. En eso se puede diferenciar de José Tomás, en su largura y poderío. Si quiere ganar, cuando vuelva el astro de Galapagar ese debe ser el terreno para plantear la batalla.
El tema de Cataluña es peor aún. Con la amenaza de prohibición en el retrovisor José Tomás es la única esperanza para revitalizar esa afición. Ojalá pueda reaparecer el 18 de julio en Barcelona. No sería la solución pero sí la aspirina que diese alivio a una plaza herida y una afición huérfana.
En cualquier caso, José Tomás es el único torero al que la sociedad respeta y conoce por su oficio. Ha transcendido la frontera de lo taurino. Sin programas del corazón, sin escándalos de faldas, sin chulerías ni palabras malsonantes.
Su intención de volver a San Sebastián y Bilbao hacían la temporada aún más interesante.
Esperemos para saber cómo y cuándo vuelve José Tomás, mientras, que ande, tome Coca-Cola o vea el partido del Atleti. Tranquilidad, tiempo, paciencia. Nada de especulaciones.
Gusto persona al margen, José Tomás es necesario, mucho para prestigiar la fiesta.
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