(Mérida-Venezuela) Aspirante a Rejoneador Willi Molina a hombros en Novillada de Pascua (Crónica completa)

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Por: Giovanni Cegarra

En la Plaza de Toros Román Eduardo Sandia de Mérida, Estado Mérida, occidente venezolano, se han lidiado novillos de El Márquez de La Real Defensa, chicos de peso pero que embistieron, ante un registro de menos de un cuarto de entrada.

Aspirante a Rejoneador Willi Molina

Angel Alberto Hernández: Silencio.

Jhonatan Guillén: Oreja.

Leonardo Vega: Un aviso.

Manolo Vanegas: Un aviso.
Detalles:

Se destaca en el tercio de las banderillas Raúl Plaza de la Escuela Taurina Humberto Alvarez de Mérida.

Incidencias:

Zarandeado Leonardo Vega y arreón para Angel Alberto Hernández sin mayores consecuencias.


Se han perdido los aficionados el tres de abril, Sábado de Pascua de la Semana Santa, Sábado de Gloria, una tarde por demás interesante, llena de emoción y valentía, protagonizada por alternantes venezolanos deseosos de triunfar y lo lograron Jhonatan Guillén con una oreja y el aspirante a Rejoneador Willi Molina con dos, para salir éste último, en hombros de la plaza.

Angel Alberto Hernández abre la tarde dejando claro ante todos la falta de oficio y sitio, toreando desordenado, pocos destellos de dominio de la muleta y en honor a la verdad, el novillo estuvo por encima de él.


Jhonatán Guillén salió con ganas de triunfar recibiendo a su novillo a puerta de gayola armando la algarabía en el graderío, toreo de mando, centrado, seguro de sí, torea sin zapatillas y con suma pulcritud.

Leonardo Vega pareciera que era la tarde de los zarandazos desde el incio de la novillada y en su turno recibe una voltereta producto de su desespero de triunfo que le da luz al novillo que hace por él muy a pesar que dejó sentado tener buen oficio. Ejecuta una estocada que cala al novillo.

Manolo Vanegas se exhibe en el tercio de las banderillas. Algo desconcentrado con la muleta ante el mejor novillo de la tarde. Estocada atravesada.

Al aspirante a Rejoneador Willi Molina le hemos visto bien con sus jacas aunque aún crudo en la ejecución de los rejones de castigo y banderillas, coloca certero rejón de muerte que le merece un apendice y luego un segundo practicamente de regalo por parte de la Autoridad que presidió la novillada.